Reconozco que no siempre tengo la razón.

A lo largo de nuestra vida, los seres humanos creamos nuestra identidad en base a nuestra cultura, creencias, y experiencias vividas. Esto nos hace únicos y forma nuestro carácter y personalidad. La diversidad crea hermosos espacios para aprender de los demás, para apreciar aún más lo que tenemos y para crecer como individuos. Cuando hablamos de Humildad como un valor para una vida de Calidad, hablamos de la oportunidad de poder identificar que todos somos únicos, y que nuestra opinión o forma de ver o enfrentar cualquier situación, es basada en ese grupo de valores y creencias que hemos adquirido desde que somos niños.

Es importante tener en cuenta, que todos tenemos derecho a nuestra opinión o punto de vista, ya que los hemos descubierto con el tiempo, nos identifican y son completamente respetables. Sin embargo, no podemos caer en la falencia de creer que nuestra opinión es “la única” y que la opinión de la otra persona no es válida. Cuando nos damos la oportunidad de reconocer que no siempre tenemos la razón, podemos crear empatía y tolerancia con los demás y esto nos da más momentos de felicidad, tranquilidad y paz interior.

El propósito de compartirle a otra persona nuestra forma de pensar es también entender, que la otra persona no piensa como nosotros, o no está de acuerdo con nuestro punto de vista, y esto no debería ser fuente para conflicto, sino que, al contrario, podemos escuchar y respetar que no pensemos igual, sin abandonar nuestra posición, sino abiertos a la posibilidad de nuevas perspectivas.

Cuando tenemos humildad para aceptar que no siempre vamos a tener la razón o la verdad absoluta, practicamos otros valores tales como:

Tolerancia: La tolerancia es una actitud fundamental para vivir en sociedad, con nuestra familia, amigos y/o compañeros de trabajo. Cuando somos tolerantes hacia el otro, podemos reconocer nuestras diferencias y respetarlas al mismo tiempo.

Empatía: Este es un valor hermoso, que nos brinda la oportunidad de comprender los sentimientos de los demás, ponernos en el lugar del otro, y de esta manera ayudarnos más entre nosotros.

El valor de la Humildad es una herramienta esencial cuando buscamos armonía en nuestro entorno. Practicar este valor nos libera de momentos tensos con otras personas, y mejor aún, nos libera de la carga emocional de cerrarnos a nuestra opinión como la “única verdad”.

Todos tenemos derecho a una opinión, y es esto lo que hace que nuestra sociedad sea diversa, pero la oportunidad de abrirnos al mundo de otras personas nos brinda nuevas posibilidades de aceptación y amor hacia los demás.